Este fin de semana me decidí a cambiar la playa por la naturaleza y pasar un fin de semana rural aprovechando que disponía de una casita en el «Calar de la Santa», un pueblecito digno de ver.

Lo mejor del viaje fue el descubrimiento por mi parte de Letur, un pequeño pueblo de Albacete afincado en la montaña. Parece cómo si no hubiese pasado el tiempo por él. Cuando te adentras por sus calles estrechas y tortuosas fácilmente puedes imaginar que estás viviendo varios siglos atrás. Te llamará la atención la presencia de varios «portalicos», entradas a varias viviendas regentadas por un arco. Además hay varios miradores con vistas geniales, como son La Molatica, Llanico Perales, Los Molinos y San Sebastián. En la plaza mayor te encuentras el ayuntamiento y una de las cosas que más me gustó, la Iglesia Parroquial Santa María de la Asunción. Empezó a construirse en el siglo XVI usando para ello la sillería fuerte, y es gótica y renacentista. Es pequeñita y muy vieja, pero está muy bien conservada, de hecho en 1981 fue declarada Monumento Nacional.

Cascada cerca de Letur

Cascada cerca de Letur

Una vez dejamos el pueblo decidimos hacer senderismo, y nos decantamos por la ruta de la cascada. Hay varias rutas señalizadas por los alrededores, clasificadas por tiempo, 1 hora, 3 horas, 5 horas… Tú eliges. La que elegimos nosotros tenía como tiempo estimado 3 horas. El camino de ida fue más o menos ameno, tiene un primer tramo de bajada por el camino de el Almazarán con mucha cuesta. A continuación te adentras en un camino de tierra y al poco empiezas a escuchar el riachuelo que va casi junto al camino. Hasta ahí se puede llegar en coche, recomendado para quienes no estén muy acostumbrados al senderimo. Después hay un pequeño estanque de agua que hay que rodear y cruzar por un puente de madera que no da mucha seguridad. Sigues por el caminito, donde te encuentras un edificio que sirvió de central eléctrica y al poco otro edificio que sirvió de molino. Después te introduces por una senda tortuosa unos 5 o 10 min hasta que por fin llegas a una cascada preciosa con un remanso de agua en el que poder refrescarte. El agua está muy fria, pero después de la caminata y el calor que hace en verano sienta muy bien meter por lo menos las piernas y mojarte la cabeza.

El camino de ida duró un poco más de una hora pero lo más duro es la vuelta. Esto es debido al cansancio acumulado en las piernas, pero sin duda más a la tremenda cuesta que te espera por subir en el camino de El Almazarán, para llegar al pueblo. De tal manera que la vuelta nos costó una hora y media o algo más, ya que tuvimos que parar a descansar alguna que otra vez y reponernos comprando agua fria en un cortijo que hay en el camino.

A mí Letur me encantó, y por eso recomiendo la visita a este pueblecito si estás harto de playa y te apetece cambiar de aires este verano. Yo intentaré volver y hacer otra de las rutas posibles que hay allí.